Leyendo un artículo sobre dicho país me llamó la atención el siguiente párrafo:
“Finlandia es un modelo educativo ampliamente reconocido. En cuanto a la religión: católicos, luteranos y ortodoxos trabajan de la mano para conseguir que la fe descongele la falta de trascendencia de la sociedad del progreso. El bien común está por encima de las ideologías, y la religión se valora como una realidad histórica y cultural”.
Nuestro país es también de raíces cristianas cuyo signo es la cruz, la cual la llevamos inscrita en nuestra historia, especialmente, -en el arte, cultura, tradiciones, costumbres y en nuestras vidas-, transmitidas por las familias de generación en generación y hemos de salvaguardar este tesoro en nuestros corazones, hasta el fin de nuestros días.
Mercè Marqués Amat (BARCELONA)
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