La campaña electoral es una manera de conocer las propuestas de los partidos.
Sin embargo la trayectoria, el día a día de los cargos electos y sus decisiones en los cuatro años precedentes son una manera más eficaz.
Fijémonos en el derecho a la vida, en la familia, en la libertad de elección en la educación y en la erradicación de la pobreza.
Los gobiernos en los distintos niveles de gestión: nacional, autonómico, diputación, comarcal y municipal, reúsan de nuevo la excelencia.
El derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, continúa siendo el que no se atreve a tocar nadie, a defender con valentía afrontando ir contracorriente, ¿por qué? Porque no se lleva, no vende, por respetos humanos, por criterio sectario, por la pérdida votos,…. Si vendiese todos se apuntarían; entonces matar al nasciturus dejaría de ser “un derecho” para convertirse en un asesinato.
Acerca de la conciliación entre la familia y el trabajo profesional, la aplicación de medidas cosméticas no han sido la solución, – la tasa de natalidad por mujer es de 1.32 lejos del 2.10 y consecuentemente las pensiones, ¿quién las pagará?, y ¿las madres?, las más perjudicadas y estresadas, son las que tienen que suplir las carencias de soluciones políticas.
Respecto a la libertad de elección en la educación, el criterio sectario es el que se lleva, impedir a toda costa que los padres podamos ejercer esa libertad que reconoce la ley. A pesar de que nadie lo diga es una nueva forma de discriminación, pero hay que trabajar y mucho con este caballo de Troya, esta falsa libertad.
Erradicación de la pobreza, primero poner los medios para una ocupación del 100% y para ello enseñar a pescar y bajar los impuestos. Hay que promover que cada persona tenga su trabajo profesional y por tanto nadie sin oficio ni beneficio, sin una ocupación, sin un quehacer diario, y admitir el paro no nos lleva a la excelencia.
Estamos muy lejos de la excelencia en la política, para que luego nos quieran convencer que les confiemos el voto. El voto de cada persona se asemeja a un balance y lo hemos hacer valer no regalándolo. Si consideramos que el balance es negativo, votar nulo es una opción, es impedir que ni tan siquiera se lleven el ingreso que cobrarían por nuestro voto.
Josep Carreras (BARCELONA)
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